En un mundo donde la eficiencia, la sostenibilidad y la velocidad son claves, la construcción industrializada ha emergido como una alternativa revolucionaria a los métodos tradicionales. Este enfoque, basado en la fabricación de componentes en entornos controlados y su posterior ensamblaje en obra, está transformando la manera en que concebimos, planificamos y ejecutamos los proyectos de construcción.
Orígenes de la construcción industrializada
Aunque podría parecer un concepto reciente, la construcción industrializada tiene sus raíces en la revolución industrial del siglo XIX, cuando la fabricación en serie y la estandarización empezaron a aplicarse más allá del ámbito manufacturero. Sin embargo, no fue hasta el siglo XX, especialmente tras la Segunda Guerra Mundial, que comenzó a aplicarse de forma más sistemática para responder a la necesidad urgente de viviendas rápidas y económicas.
Hoy, gracias a los avances tecnológicos y a una mayor conciencia medioambiental, esta metodología ha evolucionado hasta convertirse en un modelo altamente sofisticado, apoyado en tecnologías como BIM (Modelado de Información para la Construcción), la automatización y la robótica.
¿En qué consiste?
La construcción industrializada se basa en la prefabricación de elementos estructurales, instalaciones u otros elementos constructivos y acabados que se realizan en fábricas, para luego transportarlos al sitio de construcción y ensamblarlos como si fueran piezas de un rompecabezas. Puede adoptar diversas formas: desde estructuras modulares completas hasta paneles estructurales o componentes prefabricados según los diseños indicados.
Beneficios frente a la construcción tradicional
- Rapidez: Los plazos de ejecución se reducen drásticamente, ya que la obra y la fabricación pueden realizarse en paralelo.
- Calidad controlada: Al trabajar en fábricas, se eliminan muchos de los factores impredecibles de la obra (clima, errores humanos, etc.), lo que garantiza acabados más precisos y uniformes.
- Reducción de residuos: El entorno controlado permite un uso más eficiente de los materiales, disminuyendo significativamente el desperdicio.
- Mayor seguridad: Al trasladar muchas tareas al entorno industrial, se reducen los riesgos asociados al trabajo en obra.
- Sostenibilidad: Esta metodología favorece el uso de materiales más eficientes, energías renovables y diseños más sostenibles.
¿Reemplazará a la construcción tradicional?
La construcción industrializada no pretende eliminar por completo a la construcción tradicional, sino complementarla y mejorarla. Hay proyectos en los que la prefabricación no es tan viable o puede resultar más difícil o más costosa su incorporación, especialmente en obras de rehabilitación de edificios históricos, pequeñas obras, proyectos irregulares o con altos niveles de personalización por poner algunos ejemplos. Sin embargo, en desarrollos de viviendas unifamiliares, edificios de viviendas, hospitales, escuelas, hoteles o infraestructuras industriales, sus ventajas son innegables.
Una transformación en marcha
Cada vez más empresas están apostando por este modelo. Muchas constructoras ya integran líneas de construcción industrializada en sus proyectos, y los estudios de arquitectura y arquitectos comienzan a diseñar proyectos pensados desde el inicio para ser industrializados.
La pregunta ya no es si la construcción industrializada será el futuro, sino cuándo será el estándar.